sábado, 2 de junio de 2012

No son sólo sueños.

Es increíble. Literalmente. Aunque a veces parezcan demasiado creíbles. Tanto que asusta. Sería verdaderamente bonito y espectacular hacer un estudio sobre los sueños, poder llegar a entenderlos. Pero en mi opinión, ni con toda la ciencia del mundo junta se pueden llegar a comprender. A veces es mejor no entender las cosas; pierden su sentido.

Probablemente soñar sea una de las mejores cosas que nos pasan diariamente, pues, inconscientemente, lo hacemos todas las noches, aunque sólo nos acordemos de la minoría de ellas.
Si analizas tus sueños, puedes incluso a llegar a recordar tu vida. Es como un registro de todos los pensamientos, fantasías e imaginaciones que se han pasado por tu cabeza a lo largo del día. Cuántas veces no hemos pensado algo antes de acostarnos y luego nos hemos levantado recordando todo lo que hemos vivido esa noche. Preguntándonos si realmente ha ocurrido. Cuando todo ha sido completamente irreal. Una forma de evadirse, y seguir viviendo. Es incluso mucho más que eso.

En momentos dados pueden llegar a darte respuestas. En ellos a veces ocurren cosas asombrosas que nunca te hubieras planteado, y que, a partir de ese momento, te planteas.
Pueden llegar a adquirir una fuerza que te haga experimentar sensaciones que realmente si vives por fuera; moverte o saltar en una caída, llorar por un mal hecho y despertarte con la almohada empapada o hasta sudar por una situación de agobio.
Lo imprevisible que son hace de ellos algo mucho más excitante. Cuando queremos soñar con alguien o una circunstancia que anhelamos, no lo recordamos aunque lo hagamos y si lo hacemos nos sorprendemos a nosotros mismos de haberlo logrado, como si tuviéramos el poder de controlar nuestros propios sueños. Y tienes unos de esos buenos despertares que se mantienen con una sonrisa de oreja a oreja hasta llegada la noche.

Los sueños te llevan por caminos desconocidos, aunque en grandes ocasiones nos resulten familiares. Soñamos lo que queremos y no tenemos, lo que desearíamos, lo que nunca habíamos pensado o con quien pensamos a todas horas, la pesadilla que nos persigue mientras que nos mantenemos despiertos, aquello que nunca querríamos que ocurriera y por lo contrario le dedicamos tiempo pensando que ocurrirá. Soñamos lo que ya hemos vivido o nos gustaría vivir. Ir a lugares lejanos, aquellos que teníamos en nuestra mente, aunque no sepamos exactamente donde se encuentran. Soñamos con personas que están en nuestras vidas, y con las que no lo están, con las que compartes el día y con las que no lo compartes. Soñamos con hacer lo que nos gusta o que alguien nos impide no hacerlo.
Los sueños no tienen límites, pueden viajar en cualquier dirección del tiempo, pueden perderse y hacerte perder por sitios que jamás habrías imaginado.





Estoy segura de que todas aquellas cosas que se nos presentan en nuestros sueños, tienen algún significado. No soñamos las cosas por soñar.

No son sólo sueños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario