sábado, 10 de marzo de 2012

El tren pasa una vez y es estrictamente exacto.


Siempre para que unos ganen otros tienen que perder.

Quiero ser una pompa.







solo por cielos como estos merece la pena Madrid.

Diferentes puntos de vista

A veces no es cuestión de darle vueltas, si no de dar una sola vuelta sobre la misma cosa y darte cuenta que las cosas se pueden ver de distintas formas.



Encuéntralas.




Es más sencillo de lo que parece.

sábado, 3 de marzo de 2012

Nunca te apetecerá volver.

A veces necesitamos huir. Pero, ¿huir de qué?
Huimos de nuestra ciudad, de nuestra gente, nuestro barrio y nuestras calles. De todo lo nuestro. De la rutina. Intentamos escapar de nuestro mundo y hasta de nosotros mismos, sin darnos cuenta de que eso es imposible, que siempre viajas contigo por muy lejos y perdido que esté ese lugar. Pero no nos importa.
A veces nos gusta salir un poco de lo habitual, cambiar de aires, literalmente. Daríamos lo que fuera por poder abandonar un poco todo, dejar de pensar, dejarse llevar. Pasar el rato con personas que no ves muy a menudo y que desearías compartir más tiempo con ellas. Hacer lo que te gusta, cuando te apetece y con quien quieres.
Realmente lo disfrutas. Es un tiempo en el que parece que nada te preocupa, no te paras a pensar en nada ni en nadie, ni si quiera en lo que deberías estar haciendo. Un estado constante de ánimo en el que, aunque no estés sonriendo, por dentro estás sonriente. Irradias felicidad en tu rostro, como si tuvieras un millón de duendecillos alegrándote el cuerpo. Viene solo.

Cuando toca volver, es más complicado. La realidad sigue siendo la misma y lo único a considerar es que valoras más aún las cosas que fuera de la rutina no tienes.
Si estás en el día a día con ciertas personas, y en los mismos lugares es porque te gusta estar con ellas y te gustan esos sitios. Es como cuando te vas de compras y te pruebas millones de pantalones y camisetas. Puede que te convenzan un par de ellos pero cuando te vuelves a vestir con la ropa que te compraste hace dos años, te sientes mucho mejor y más cómodo. Te das cuenta de que es lo mejor y siempre está bien habituarse a cosas que gustan. Aunque a veces no te apetezca volver.Nunca te apetecerá volver.
Una vez de vuelta, después de dejar las cosas como estaban y encontrártelas igual, parece que ha pasado una infinidad de tiempo y a la vez nada. Es un sinsentido de sentimientos, contradicciones de emociones. Así no hay quien se entienda.

En definitiva.Nunca te apetecerá volver.