domingo, 26 de febrero de 2012

Buena compañia

unos rayos de sol para poder sacar la cámara

y uno de los lugares más bonitos de Madrid.






domingo, 12 de febrero de 2012

Aprenderás a disfrutar.

La raza humana es muy variada. Quiero decir,las personas somos muy distintas en muchos sentidos.Respecto a las actitud frente a los sentimientos podemos encontrar gente cariñosa, gente amorosa y hasta empalagosa, gente que demuestra su cariño de una forma más discreta o otras secas y frías, sin más. Todos tenemos personalidades diferentes y diferentes modos de tratarnos y entendernos. Tenemos que conocernos a nosotros mismos para saber como poder llegar a disfrutar realmente de las relaciones que mantenemos con la gente, cómo disfrutar con uno mismo, sin hacernos daño, sin involucrarnos demasiado. Ese es el problema. Hay personas incapaces de conservar una relación más de un mes, aquellas que necesitan su espacio personal y que a la mínima que otro sujeto se pase del límite se siente completamente amenazado y necesita crear una burbuja sobre si mismo hasta que esa persona termine por desaparecer. Sin hacérselo ver, como si ni si quiera fuera consciente del agobio que le supone, como si hasta él mismo actuara de una forma involuntaria.
En cambio, en el caso contrario encontramos un extremo muy diferente... Existen aquellas personas que tienen demasiado para dar, que necesitan sentirse queridas y querer, que no pueden vivir sin tener algo en su vida que les motive, aunque sea una simple meta... a lo mejor lo estoy exagerando, pero me entendéis, ¿no? Es fácil distanciarse de alguien a quien no has cogido demasiado cariño, solo un mero aprecio que se ha ido fabricando por el simple paso del tiempo. Pero cuando una persona se involucra demasiado en una relación, aporta demasiado, espera demasiado de la otra persona y al final ese demasiado nunca es suficiente... Son esa clase de personas que ya de antemano lo ven venir, que saben que lo van a pasar mal y aún así se arriesgan. A veces cuesta demasiado mantenerse al margen, guardar las distancias, intentar no concentrar todos tus pensamientos en una única cosa o persona para no darle más importancia de la que tiene o se merece. No necesitamos depender de alguien, ni mucho menos. Tenemos que encontrar un punto medio en el que estemos cómodos y a gusto, teniendo lo justo y necesario,recibiendo lo que damos y dando lo que recibimos...aunque a veces parezca que el equilibrio es imposible.
Fuerza, voluntad y ganas. Solo necesitamos esto para aprender a no sobrepasar tus propios límites.Para aprender a disfrutar.