domingo, 31 de agosto de 2014

Verano es Septiembre.
Es septiembre porque como todas las cosas buenas, acaban. Y apreciamos lo bueno que ha sido por como nos sentimos una vez que ha acabado. Por el sabor de boca, por la piel salada y dorada y las esquinas de las ciudades con nostalgía.
Verano es septiembre porque nos despedimos. Y medimos la calidad de lo vivido con la intensidad del adiós. Del hasta luego, del hasta pronto.
Verano es septiembre porque muestra la energía recibida, necesaria, dada. Aquellas inspiraciones del color que nos ayudan a sobrevivir el frío invierno.
Pero, verano deja de ser septiembre cuando en septiembre deja de ser verano. Y las playas respiran por fin tranquilas, y el cielo apaga el humo y lo cantado.
Entonces,septiembre comienza firme como siempre; impredecible, indeseable, distinta. Septiembre busca volver a la rutina cambiando cada esquema de la mente.
En septiembre comienza el aňo nuevo y todos lo celebramos brindando tristes.
En septiembre acaba el fin de aňo y todos lo bailamos sonrientes.


jueves, 28 de agosto de 2014

Dicen que la vida es eso que pasa mientras tú haces otros planes. Y el tiempo se reduce en esperar a que llegue un momento, y ese momento a esperar al siguiente, y al siguiente...
En cualquier adolescente se puede apreciar ese deseo innato por cumplir la mayoría de edad, por ser 'legal'. Por hacer ese tipo de cosas que la sociedad ha decidido que se pueden hacer a partir de los 18 años en nuestro querido país, y no antes. Parece que las ganas porque llegue ese día son porque todo lo que llevas haciendo años lo harás de manera adecuada, sin incumplir las normas jurídicas. 

Anoche me di cuenta que no tiene nada que ver con eso. 

Dicen que la vida da lo que la has dado, pero que no siempre recibes lo que das. Y el tiempo, a veces a destiempo, intentará devolverte esa justicia merecida que marca la tranquilidad de la satisfacción.
Tan a destiempo, a veces, que nos cansamos de esperar y optamos por dejarnos sorprender, antes de dejarnos decepcionar. Y ayer cada rincón del día hasta la madrugada estuvo lleno de sorpresas.

Anoche comprendí que ese alcance de la responsabilidad es tan sólo un punto muerto. Es un suspiro que nos deja la vida para mirar atrás y darnos cuenta de las personas que imaginábamos a nuestro lado y a esas otras que no nos ha hecho falta imaginar.

Si los amigos son aquella familia que nos permitimos elegir, yo tengo la mejor familia (elegida y sin elegir) del mundo. Ayer, como todos los días de mi vida hacen en porciones, me demostraron lo orgullosa que debo sentirme de ellos. También desde las alturas. Y eso fue mucho más grande. 

 
GRACIAS, a los de siempre y a los de ahora, y a los de siempre que siguen ahora. Por hacer el 27 de agosto del 2014 un día tan inolvidable como las personas que estuvieron en él.

sábado, 23 de agosto de 2014

Érase una vez una ciudad a la que prometí volver. Y volví...





...y volveré a volver.
Oporto sigue siendo mágica.

viernes, 22 de agosto de 2014

viernes, 15 de agosto de 2014

Somos arena.

'Un niňo está sentado en un cajón de arena haciendo un castillo. El niňo construye continuamente algo nuevo, lo mira con gran entusiasmo, y lo vuelve a aplastar. De la misma forma actúa el tiempo con el planeta. Aquí está escrita la historia del mundo, aquí están grabados, y luego borrados de nuevo, todos los acontecimientos. Aquí bulle la vida como en un hervidero. Y aquí también nos modelarán a nosotros un buen día, con el mismo material frágil que a nuestros antepasados. Aquí el viento del tiempo nos mece, aquí nos lleva puestos, aquí es nosotros, pero nos vuelve a soltar para que nos caigamos de bruces. Se nos hace aparecer y desaparecer por arte de magia. Siempre hay algo fermentando, algo esperando ocupar nuestro puesto. Porque carecemos de tierra firme bajo los pies. Ni siquiera tenemos arena. Somos arena.'

-Jostein Gaarder, 'El misterio del solitario'.

viernes, 1 de agosto de 2014

Lo mejor será que empiece por presentarme.
Soy pura duda. Lo más parecido que existe a una interrogación, a la incertidumbre. Y aún así amanezco algunas noches con la certeza de que hay algo certero. Aún así, me atrevo a decir quién soy.

Soy la marea del Océano en calma antes de sacudir la tormenta, y, Pacífica, la contengo.

Soy ese pájaro que se quedó encerrado en su jaula con la puerta abierta porque no le enseňaron a volar a tiempo.

Soy un paréntesis efímero que muchos decidieron tachar y otros tantos prescindieron de leer, perdiendo así su significado.

Soy esa mano izquierda a destiempo que acompaňa en el Nocturno de Chopin, tan esencial que algunos aprendieron a tocar en braile.

Soy la contradicción y el desajuste mental más cuerdo que la razón haya escuchado jamás.

Soy tan débil que a veces me siento fuerte de entender que el miedo que llevo conmigo no es por lo que se me viene encima, sino por lo que se va.

Soy la libertad de un cuerpo secuestrado por su dependencia, atado a un alma que no sabe dónde está.

Soy el espítiu de un viajero que, a mitad de camino, decidió sentarse en la orilla a ver la vida pasar.

Soy el punto 'infinal' de los finales.
Lo que viene detrás de los puntos suspensivos...