excepto a la cumpleañera, que está sonriente esperando que llegue su momento para coger aire y...
...llegan los deseos
...el beso!!!
creo que sobran palabras no?
Muchas felicidades abuela, te quiero!
...el beso!!!
creo que sobran palabras no?
Conocí el surf este verano en un campamento de Santander. Jamás lo había hecho en mi vida así que era de esperar que me gustara y se me diera bien porque iba a dedicarme diez días mañana y tarde a ello. Fue automático. Ya solo la sensación de desconectar, dejarse llevar y escuchar únicamente el sonido del mar y las olas era confortable. Imaginaos entonces cuando el primer día ya conseguí ponerme de pie sobre la tabla... Dejó de importarme en absoluto desayunar a las ocho de la mañana para ir a la clase de las 9 o despertar a las seis buscando los primeros rayos de luz dentro del agua, quitarnos la siesta de las cuatro y media de la tarde y ponerte a surfear, con lluvia, con sol, sin olas o con olas de tres metros, qué más da?
''Rema hacia el fondo y siéntate en la tabla a esperar la siguiente serie de olas'' me decía mi monitor. De no ser por la corriente, podría haberme quedado allí sentada, mecida por el vaivén de las olas e hipnotizada por la linea de mar que se perdía en el fondo del horizonte una vida entera.