Dedicamos demasiada parte de nuestro tiempo a cosas
innecesarias. Simplemente a cosas. La prisa nos alcanza, perdiendo la
paciencia, perdiendo los momentos de reflexión y pausa.
La realidad es esta. La realidad es que por mucho que haya
cosas fuera de nuestro alcance, los matices más, aparentemente,
insignificantes, son los que mueven y mantienen el mundo despierto. Esas cosas,
que cada uno de nosotros, desde dentro, si pueden cambiar.
No estaría dispuesta a compartir esto si no lo viera
imprescindible. Cada uno es libre de pensar, opinar y creer sus propias y
respetables ideas. Pero aquí se resumen ya las palabras más fundamentales: libertad y respeto.
Ante todo.
¿Cuál es el problema? Y, perdonadme para no irme por
las ramas, empiezo con el quid de la
cuestión.
El feminismo se llama feminismo, y no se llama ‘igualitismo’. Pero lo que está claro es
que no es lo contrario al machismo. El feminismo busca la igualdad entre ambos
sexos, la igualdad de trato, por mucho que haya infinitas diferencias que nos
distingan. También hay diferencias en un mismo sexo, ¿no?.
Si el feminismo tuvo que llamarse feminismo, fue porque esa
igualdad venía alterada. Fue, y es, porque para alcanzar esa igualdad (que
parece que nunca nadie la ha visto) durante décadas millones de mujeres han
tenido que luchar para recuperar los mismos derechos que los hombres tenían,
como derecho a la vida laboral, derecho al voto...
Hoy en día las cosas han cambiado, afortunadamente. Pero,
desafortunadamente, aún hay muchos detalles que cambiar. Detalles que además,
no vienen impuestos por una ley, sino por un punto de vista de todos y cada uno
de los seres humanos:
Simplemente, de manera objetiva. ¿Qué sería de 'la Venus de Milo' si salieran pixelados sus pechos? ¿Qué sería de nuestro Goya sin su ‘Maja
desnuda’? Y, ¿qué pasaría con el fotógrafo Tunick sin sus espectaculares
conjuntos desnudos?
¿Por qué podemos respetar una obra al desnudo, valorarla y
hasta pagar por verla, mientras seguimos criticando a aquellas personas que,
con más o menos arte, muestran lo que ellos quieren? ¿Por qué ahora hemos creado y generado más
censura, ahogando la libertad de expresión?
Pasan los años, cambiamos. Pero avanzar no significa siempre evolucionar.
Pasan los años, cambiamos. Pero avanzar no significa siempre evolucionar.
La publicidad está intoxicada de cuerpos desnudos que se
usan como objetos sexuales, principalmente el de la mujer, y queda demostrado
que los consumidores se dejan engañar por ello. En cambio no puedes respetar que
otra persona en una red social, en la calle o en una playa, esté orgullosa de
sí misma y quiera compartirlo, sin cánones ni prototipos. Por mucho que tú no te vayas a unir a su causa. Es una cuestión de respeto.
Me gustaría poder ver las noticias sin tener que apagar la
televisión cada vez que aparecen otros de los mil casos de violencia de género.
Quiero dejar de sentir cada día que todos los derechos que se han luchado con
esfuerzo nos los están quitando. Quiero sentir la libertad que los humanos
tienen por naturaleza, los mismos que las mujeres han tenido que conseguir. Quiero poder ir por cualquier calle o callejón, sea la hora que sea, sin miedo. Quiero ser yo quien
decida en MI vida. Y sobre todo, quiero escuchar más mujeres diciendo esto.
El silencio me retumba los tímpanos.
El silencio me retumba los tímpanos.
No sé vosotros, pero vivir en la ignorancia para ser felices
no va conmigo. E ignorar la realidad tampoco va a hacer que se vaya.
Quizás esté no sea el mejor medio para revindicar todo esto.
Pero quizás no se necesite una revolución para el cambio. Tan solo el hecho de
haber llegado hasta aquí. De haber tenido el momento de reflexión, puede
suponer un punto de inflexión.
El cambio empieza en ti.
Fotografía: Tunik
En colaboración con la campaña #NoMeSexualices iniciada por mi guerrera Andrea Rioja.
Gran reflexión, vivir la vida vale la pena !!
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