sábado, 28 de diciembre de 2013

Aterriza como puedas.

Contigo comprendí
que de algunas rosas
hay que fijarse en las espinas
más que en el aspecto.

Que unos rayos de sol
en invierno
no calientan por la noche.

Que si guardas lo mejor
para el final
el chocolate puede haberse derretido.

Que una venda en los ojos
impide que veas
pero no cambia todo aquello
que no quieres seguir viendo.

Que el vacío
y el pasado
también pueden llegar a pesar.

Pero sobre todo
comprendí
que lo importante
no es la caída
sino el aterrizaje
y el nombre de las manos
que te levantan
y el nombre de los ojos
que te miran
cuando el resto del mundo
girando
ya se ha quedado
ciegos
y mancos.



(No es fácil,
el mundo sigue girando...

..así que aterriza como puedas.)

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