domingo, 17 de junio de 2012

Lo que no te mata te hace más fuerte.

Crecemos.
Y crecer implica madurar. Desarrollarse. Responsabilizarse. Experimentar. Eso es.
Crecer significa vivir experiencias. Compartir experiencias, aprender de experiencias... Está claro que nadie aprende a la primera pero lo cierto es que son estas pequeñas aventuras las que nos educan. Las que nos hacen crecer.
A lo largo de los años vamos viviendo una serie de circunstancias que son las que realmente nos hacen abrir los ojos con claridad. Muchas veces pensamos que no serían necesarias, pero no llega a ser del todo cierto. A veces necesitamos vivir una situación en primer o segundo plano para llegar a comprenderlo del todo. Involucrarnos por completo.


Escuchamos diariamente noticias trágicas en la radio, en la televisión, o hasta en los periódicos. Nos llegan a los oídos de los oídos del amigo del vecino que su tío tuvo una grave enfermedad y que murió. Muy a menudo, (demasiado a menudo) se generan complicaciones en el mundo que somos incapaces de controlar. Pero lo más triste aunque comprensible de todo es que el sentimiento de preocupación que nos produce al escucharlas, a penas dura unos minutos. Quizás se nos cambie el gesto del rostro, quizás nos quite el apetito, pero volveremos a nuestra vida diaria inmunes, como si nada hubiera pasado.
La situación cambia cuando se nos presenta un hecho más cercano. O cuando somos nosotros mismos los protagonistas del mismo hecho.


Siempre va a haber cosas que no podamos evitar. Simplemente ocurren, y tú tienes que convivir con ello. Adaptarte y habituarte a ello. No porque sea la mejor opción, si no porque no hay más opciones. Inevitablemente solemos tender a tratar de buscar respuestas, a obtener unas conclusiones útiles al menos con las que poder sentirnos un poco satisfechos. Pero no nos va a servir de mucho. A veces la vida pierde el sentido cuando se lo encuentras. No pierdas el tiempo.
Vamos creciendo y compartiendo anécdotas que nos quedan marcadas en nuestra vida, y que probablemente nunca olvidaremos. La cuestión está en que aquellas personas con las que las compartimos también quedan marcadas en nosotros, y también se convertirán en inolvidables. Tus amigos son aquella familia que te permites elegir. Por ello es considerable ser acertado y saber que estás rodeado de la mejor gente. Que te apetece apoyar a esa gente, y que siempre vas a tener a alguien en quién apoyarte tú.
Vamos aprendiendo a valorar poquito a poquito lo poco y lo mucho que tenemos. Equilibrar las estupideces y tonterías que podemos tirarnos horas pensando, cuando deberíamos tener más en cuenta los hechos que realmente si importan. Y las disfrutamos, nos cuidamos. Reaccionar con lógica ante todo lo que nos pongan por delante, y salir de la mejor forma posible. Por mucho que no termine siempre de convencernos la vida que estamos llevando, hay que intentar encontrar ese punto de luz radial positiva que a veces está demasiada escondida. Pero siempre está. Es cuestión de buscarla.
Y cuantos más seamos, más rápido la encontraremos.



Hay personas y personas, y luego estás tú.
Deberías sentirte orgullosa y agradecerte cada día por ser como eres. A muchas personas les gustaría tener la fuerza que tienes. Ya lo sabes.
Siempre tendrás fuerzas más que suficientes.

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