viernes, 11 de noviembre de 2011

Involúcrate.

Al final todo es como la vida real. ¿Nosotros somos esto no? Resumidamente. Somos juguetes. Nos crean, nos usan y nos tiran o nos reciclan según el pensamiento de cada uno. Así. Sin más. Nuestros dueños nos pueden tratar mejor o peor, pueden preferir otros juguetes o pueden pasar más o menos tiempo con nosotros. Pero la realidad es que cada persona tiene un dueño y a su vez cada uno de nosotros es dueño de alguien, aunque no sea a grandes rasgos y hasta en ocasiones, sin darse cuenta. Y así acabamos.
Cuando nuestro dueño se ha cansado de jugar con nosotros. Cuando le aburre la monotonía porque ya no hay más, porque ya has comprado todos los complementos que podrían ponerte y no queda absolutamente nada que hacer contigo. Y a ti esto te puede resultar completamente frustrante porque pienses que cualquier tipo de juguete debería conservarse, aunque sea solo por el cariño y el tiempo que se ha puesto en él en un pasado u otro... pero, ¿sabes? la verdad es que tu estás haciendo lo mismo. Tu también te cansas. Tu también tiras al que iba a ser tu juguete eterno y favorito después de años y años intentando conseguir tenerlo. Pero somos así. Funcionamos así. A veces la gente hace cosas que ni si quiera ellos mismos saben. Cuando crees conocer a los demás y ni si quiera te conoces a ti mismo...

Para entender de qué hablo el lema es muy sencillo:
dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario