Cuando nuestro dueño se ha cansado de jugar con nosotros. Cuando le aburre la monotonía porque ya no hay más, porque ya has comprado todos los complementos que podrían ponerte y no queda absolutamente nada que hacer contigo. Y a ti esto te puede resultar completamente frustrante porque pienses que cualquier tipo de juguete debería conservarse, aunque sea solo por el cariño y el tiempo que se ha puesto en él en un pasado u otro... pero, ¿sabes? la verdad es que tu estás haciendo lo mismo. Tu también te cansas. Tu también tiras al que iba a ser tu juguete eterno y favorito después de años y años intentando conseguir tenerlo. Pero somos así. Funcionamos así. A veces la gente hace cosas que ni si quiera ellos mismos saben. Cuando crees conocer a los demás y ni si quiera te conoces a ti mismo...
Para entender de qué hablo el lema es muy sencillo:
dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario