miércoles, 4 de febrero de 2015

Siempre habrá más como tú.



Más periodistas, más fotógrafos, más pintores y músicos, más escritores e ingenieros, más médicos y enfermeros. Siempre habrá centenares de poetas y arquitectos, matemáticos y geógrafos. Psicólogos y empresarios, abogados y profesores. Granjeros y economistas. Cocineros y publicistas. Todos y cada uno de ellos con su forma de hacerlo, con su forma de ser. Todos con su estilo, con su invención y memoria, con su propia y particular mente. En cualquier parte del mundo.
Y, absolutamente todos y cada uno de ellos, diferentes.

Aunque tengamos la absoluta, certera y absurda sensación de ser uno más entre un millón de personas. Aléjate.
Si en un continente simple y aburrido, habita un contenido vivo y llamativo, todo cambia.
Podemos tener la misma y aparente forma que el resto. Una etiqueta puesta en un curriculum, o en boca de desconocidos diciendo '-ah, si, aquel que estudió bellas artes...' Y ya tan sólo por esa vacía concurrencia dar por hecho el futuro y personalidad de quien se habla. Como si algo tan sencillo pudiera abarcar dimensiones tan complejas. Alejaos.
Lo esencial es la esencia. Y como ya dijo Saint-Exupéry, invisible a los ojos. El tacto, el ruido, el cariño, las ganas. La sensibilidad y tus sentidos puestos en aquello que más desearías hacer, y no en lo que esperan que hagas.
No tanto como que el poema del poeta tenga una rima perfecta, sino que al final del último verso nos erice la piel.
No sólo que el profesor enseñe conocimientos y datos, sino que transmita los valores idóneos para criticarlos.
No tanto como ganar un caso en un juzgado, sino comprender que la justicia puede estar, muy poco a poco, en nuestras manos.
No sólo el construir un edificio, sino saber que estás creando un espacio a millones de historias y vivencias.
Y así, con todo.

Solo el hecho de ser atraído por una de las millones de formas y apariencias que podemos elegir ser, da paso a crecer. Si después de veinte, treinta o hasta cuarenta años seguimos despertándonos cada mañana, simplemente con ganas de despertarnos.... Entonces te darás cuenta.



Nunca habrá nadie como tú.

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