jueves, 28 de agosto de 2014

Dicen que la vida es eso que pasa mientras tú haces otros planes. Y el tiempo se reduce en esperar a que llegue un momento, y ese momento a esperar al siguiente, y al siguiente...
En cualquier adolescente se puede apreciar ese deseo innato por cumplir la mayoría de edad, por ser 'legal'. Por hacer ese tipo de cosas que la sociedad ha decidido que se pueden hacer a partir de los 18 años en nuestro querido país, y no antes. Parece que las ganas porque llegue ese día son porque todo lo que llevas haciendo años lo harás de manera adecuada, sin incumplir las normas jurídicas. 

Anoche me di cuenta que no tiene nada que ver con eso. 

Dicen que la vida da lo que la has dado, pero que no siempre recibes lo que das. Y el tiempo, a veces a destiempo, intentará devolverte esa justicia merecida que marca la tranquilidad de la satisfacción.
Tan a destiempo, a veces, que nos cansamos de esperar y optamos por dejarnos sorprender, antes de dejarnos decepcionar. Y ayer cada rincón del día hasta la madrugada estuvo lleno de sorpresas.

Anoche comprendí que ese alcance de la responsabilidad es tan sólo un punto muerto. Es un suspiro que nos deja la vida para mirar atrás y darnos cuenta de las personas que imaginábamos a nuestro lado y a esas otras que no nos ha hecho falta imaginar.

Si los amigos son aquella familia que nos permitimos elegir, yo tengo la mejor familia (elegida y sin elegir) del mundo. Ayer, como todos los días de mi vida hacen en porciones, me demostraron lo orgullosa que debo sentirme de ellos. También desde las alturas. Y eso fue mucho más grande. 

 
GRACIAS, a los de siempre y a los de ahora, y a los de siempre que siguen ahora. Por hacer el 27 de agosto del 2014 un día tan inolvidable como las personas que estuvieron en él.

1 comentario:

  1. buenas fotos!
    Si tienes tiempo pásate por el mio. Si puedes o quieres colaborar con mi colección te lo agradecería. :-D
    un saludo.

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