lunes, 30 de septiembre de 2013

Imaginac(c)ión.

Utopía, sueños, ideales.
Fantasía, ilusión, invención.
Logros, victorias, pensamientos.
Crear, abrir y llenar realidades vacías.
La imaginación es lo que tiene. Y lo que falta.
Una especie en peligro de extinción.

Vivimos y sobrevivimos en una sociedad donde nos han acostumbrado... Acostumbrado. Sin más. A todo. Y cuando alguien se aferra a su rutina ya ni si quiera llega a plantearse salir. Y todo lo que ello implica. Nos estamos cerrando. Nacemos con las pautas de nuestro camino tan marcadas que parece que se complica cuando nos desviamos un poco de ellas. Dejamos de creer que hay otras formas. Dejamos de inventar. Entonces tan sólo nos dedicamos a respirar una monotonía incesante, arrastrada por la inercia. Seguimos esas huellas que nos han ido dejando, pero dejamos de avanzar. Porque evolucionar y el progreso está ligada con esa capacidad creativa que se está perdiendo. Que muy pocos siguen manteniendo.
Se debería de dedicar una hora en el colegio a una asignatura. En blanco. Que no tuviera nombre. Que sirviera únicamente para estimular esa inspiración que nos lleve al libre pensamiento, a la imaginación. Tan poderosa. A más de uno en el romanticismo les sirvió para evadirse de sus realidades cuando no les gustaba, transportándolos a través de su mente a esos alejados y exóticos lugares.
Y es que la imaginación nos salva. No sólo crea, ni ayuda al progreso. Nos salva. Nos hace algo más únicos y diferentes. Como narra el periodista y escritor Fernando Delgado: "El mundo de la imaginación es un territorio complementario de nuestras vidas. A veces puede ser terrorífico y en ocasiones muy grato, porque nos ayuda a ser otro y también a ponernos en el lugar del otro, una virtud fundamental para intentar ser una buena persona”.

Estamos habituados a ver, ver, ver, pero no vemos de manera activa y crítica. Recibimos y absorbemos. Lo necesario es conocer un poco más allá de lo que todos quieren que veamos, de lo que nos enseñan.
Buscar un mundo de alternativas verosímiles e inverosímiles.

La imaginación no tiene límites y nos hace un poco más libres. Hay que aprovechar esa libertad sin límites.

Las personas antes de alcanzar su sueño, tuvieron que imaginarlo.
Acciona tu imaginación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario