martes, 6 de septiembre de 2011

hablando de algo más que del tráfico...

No importan las veces que tengas que esperar, que aguantar. La rabia que te obligas a contener por dentro para no explotar y desencadenar problemas en cada esquina. Siempre te vas a encontrar cosas que no te gusten, en todas partes. No es necesario intentar cambiarlo, también puedes evitarlo. Pero realmente no es lo que quieres, estás más que agusto. Al final te acostumbras a una rutina la cual echarías de menos. Es así. El ser humano se adapta rápido y se habitúa aún más rápido. Lo difícil es desadaptarse. Deshabituarse de algo o alguien es más complicado una vez dentro... ¿Y si todavía no estás dentro? De todas formas, en cualquier caso..., merece la pena arriesgar, ¿no? Es como cuando coges el coche con prisa para ir a esa cita importantísima donde tienes los minutos contados. Hay dos caminos, uno es el de siempre seguro y fiable, y otro mucho más corto. Puedes arriesgar y meterte por el más corto creyendo llegar antes y encontrarte con algo asi más o menos...

Pero ¡oye!-''Si no arriesgas no ganas''- y digo yo que nunca se sabe cuando vas a ganar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario