domingo, 28 de agosto de 2011

Dilo.

¿Cuando dices te quiero? Es decir, ¿en qué momento? Tiene que ser preciso, exacto, sin que suene cursi, ni interesado, ni a mentirijilla. Tienen que ser sinceros, y además escasos. Cuanto más los repites y acostumbras a decirlos más pierde su valor e importancia. Hoy en día, en mi época, en mi edad, en la adolescencia, se dicen practicamente nada más conocer a alguien, y no solo eso. Otros conceptos de mucha mayor potencia sentimental que seguramente ancianitos hayan oído una vez en su vida y da gracias, ahora se escuchan repetidas veces entre los jóvenes como si fueran los buenos días.En cambio es curioso, pues hace demasiado tiempo que no oigo a un adulto decirle te quiero a nadie. Pero ya no me refiero a tu pareja o tu amante, si no a tu madre, a tu hermana... Hay personas que no están hechas para decirlo, otras que tan si quiera para demostrarlo, pero realmente todos necesitamos sentirnos queridos, independientemente del número de personas o la cantidad que lo hagan posible. La mayoría de las personas no acostumbran a decirlo por miedo; por miedo a la reacción del otro, a que las cosas cambien, a no ser correspondido o precipitarse demasiado... ¿Pero no es cierto que todo el mundo necesita oírlo alguna vez? Sentirse deseado por alguien, o simplemente apreciado. Es entonces cuando me pregunto, ¿debemos esperar a que la otra persona fallezca para decírselo al compañero que tengas al lado en su entierro? Nunca sabes cuando será la última vez que vuelvas a ver a esa persona, y aunque en ciertos casos sobren esas dos palabras innecesarias en cualquier tipo de relación, más vale tarde que nunca. Es como el carma, si todos creyéramos en él todos nos dedicaríamos a hacer el bien para que así nada malo regresara a nosotros día y noche atormentándonos y todos seríamos buenas personas. Si el mundo entero se pusiera de acuerdo para parar unos minutos y pensar quien realmente es importante en nuestra vida, quien contribuye en la felicidad diaria, estoy segura que todos recibiríamos al menos un te quiero de alguien. Pero tampoco necesitamos un día concreto para decirlo, ya suficientes tenemos con San Valentín y el resto de invenciones del Corte Inglés, preferiblemente sencillo, espera el momento adecuado y en el instante oportuno, y cuando creas que el sentimiento tiene la suficiente fuerza como para apoderarse de ti, sueltalo, quitatelo de en medio. Nunca sabrás por cuanto tiempo y si durará lo suficiente como para algún día escucharlo de una manera natural y espontánea de su boca(sin necesidad de sentirse correspondido en el momento), pero ten por sentado que mil veces mejor arrepentirse de algo que has hecho, a de algo que no has hecho.






No hay comentarios:

Publicar un comentario