miércoles, 10 de noviembre de 2010

una vida diferente


No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.
Cuando una persona lee, está optando por abandonar un poco su mundo para sumergirse en otro. Tan solo se diferencia en que en este, tu no tienes absolutamente nada que decir o hacer, nada que pensar o elegir, ya está todo escrito, así que te queda disfrutar de la lectura. Hay libros que te podrán defraudar: su final, los personajes, el argumento, la historia... Lo bueno de ello es que si no te gusta dejas de leerlo, y cuando lo acabas no estás triste, porque sabes que siempre va a haber algo más que leer. Es algo muy sencillo. Lo puedes hacer cuando te apetece, sin sentirte agobiado o presionado, puedes dejar un libro durante tres meses y volver a cogerlo con las mismas ganas.
En cambio, a pensar, elegir, perder, ganar... nadie te deja decidir si quieres o no seguir viviendo, no puedes coger y cambiar de vida porque la tuya no te guste, retroceder páginas en blanco para volver a escribirlas, partir de cero o tan si quiera avanzar unas pocas para saber como acabara todo.
Para la mayoría de nosotros la verdadera vida es aquella que no llevamos, y si pudiera elegir,hubiera preferido vivir en un mundo en el que está ya todo escrito y dado, tan solo disfrutando al máximo sabiendo el número de páginas que me quedan para terminar.

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