miércoles, 24 de febrero de 2010

el mundo está loco


a no... El ser humano es extraordinario.
Que bonito es jugar con la luz, el enfoque, los paisajes, cambiarlos a tu modo, cuando quieras, como quieras, la fotografía es libre, es libertad. Lo que no es tan bonito es jugar con otro tipo de cosas. Las personas no somos juguetes, por muchas luces que se nos puedan poner o distintos puntos de vista desde los que se nos diferencien, no somos de nadie, por lo que nadie tiene derecho a hacer nada con nadie, a no ser que este se lo permita. Cuidado. Jugar con luz puede ser divertido, pero cuando juegas con una persona, esa luz quema, y en un abrir y cerrar de ojos, es fuego.
Duele,como las mismas espinas que atraviesan cada segundo que vives aislada,en lo desconocido.

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