Hay quien busca la salvación en la eternidad de un mundo ilusorio. Otros, sencillamente, prefieren agarrarse a si mismos.
Hay un eco incesante que nos arrastra hacia lo que ya hicimos, hacia lo que ya fuimos. Una marea permanente que nos llama día tras día y no nos deja avanzar.
Hay una lucha de opuestos, y una tregua en el cielo como el equilibrio de ambas fuerzas.
Hay una cascada en el desierto y una duna en el Océano que coarta su paz y su silencio.
Hay vértigo. Una línea interminable que nos invita a recorrer un espacio infinito que el ser humano aún no ha sido capaz de manipular, y que nos asusta.
Hay color escondido en una luz tenue que está a punto de echar a llorar.
No hay nada.
Fotografía: A.Pastrana.
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