Un día estabamos jugando al pilla pilla, en el mismo sitio donde normalmente trepaban por los arcos hasta llegar a lo más alto,a la torre,el tobogan, la caseta, como quieras tú llamarlo. Me iban a coger, y mi única salida era trepar por los arcos hasta llegar arriba o estaba pillada,literalmente. Me lance. Sin saberlo,ni creerlo ni tampoco quererlo, me vi pasando aquellos nueve arcos que siempre había querido traspasar. Fue increible.Todos mis amigos y mis hermanas,que por entonces también salía con ellas por las tardes se quedaron asombrados de lo que había conseguido.
Ahora, cuando trato de intentarlo años atrás, los pies alcanzan el suelo el juego pierde toda su gracia.
comprendí, que a veces el actuar sin pensar, acción reacción, el ser impulsivo, o simplemente un empujoncito basta para alcanzar sueños inalcanzables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario